jueves, 19 de noviembre de 2015

En busca de la paz

Mientras por toda Pandaria se libraba la guerra entre la Horda y la Alianza, los mogu desperdigados tramaban recuperar su terrible esplendor anterior. Reavivaron su alianza histórica con los  Zandalari, quienes lograron resucitar al tiránico emperador mogu Lei Shen, el Rey del Trueno, con la esperanza de restablecer el dominio mogu sobre el continente. Los valientes Shadopan se apresuraron a contener a sus enemigos, creando un destacamento especial, el Asalto del Shadopan, compuesto originalmente por guerreros pandaren y contando luego con el apoyo de héroes de la Horda y de la Alianza. Estos campeones intrépidos se esforzaron por derrotar al Rey del Trueno, aunque al mismo tiempo sirvieron a los intereses de sus facciones en Pandaria. Jaina Valiente comandó la Ofensiva del Kirin Tor en su misión de hallar la fuente de todo el poder mogu (y evitar que la Horda se hiciera con él), mientras que Lor'themar Theron se llevó al Embate de los Atracasol en busca del poderoso armamento mogu para que les ayudara en un atrevido plan... Una insurrección contra el Jefe de Guerra Garrosh Grito Infernal.

Mientras Gorrosh Grito Infernal excavaba gran parte del sagrado Valle de la Flor en Pandaren, el jefe de guerra Vol´jin es declarado traidor y desterrado de Orgrimmar junto con todo su clan Lanza Negra, al cual no le queda más remedio que retirarse a los Baldíos para hallar suministros y recuperarse. Contando el apoyo de su antiguo jefe de guerra Thrall y un endeble pacto con la Alianza, Vol´jin pensaba acabar con el reinado de Gorrosh Grito Infernal. Meses después los revolucionarios de la Horda junto con la Alianza asediaron las murallas de la Horda poniéndole fin a Gorrosh; a pedidos del rey Varian Wrynn, Gorrosh fue llevado ante el tribunal sagrado de los Pandaren. Aunque pudo Huir con la ayuda del dragón Bronce Kairozdormu, ambas facciones no se cansarán para que pague por sus injusticias.

Las cosas empeoran

Después de haberse enterado del escape de AlaMuerte, varios de los Elementales Maestros fueron liberados, entre ellos: El Señor del Fuego, el cual se ubicaba en el monte Hyjal. Entre las hirvientes llamaradas de su dominio elemental, Ragnaros se encontraba en la plenitud de su poder.  Temiendo otra invasión elemental, los defensores de Azeroth iniciaron un audaz asalto contra el reino ardiente de Ragnaros: las Tierras de Fuego y fue vencido por los más valerosos héroes de la alianza y de la horda con ayuda del más grande druida: Malfurion Tempestira.



En el apogeo de su locura, AlaMuerte el Destructor luchaba por conducir al mundo al crepúsculo, un futuro devastado y privado de toda forma de vida. El Alma de dragón, un poderoso artefacto perdido en el pasado, era la única arma capaz de detener a AlaMuerte; por esa razón, los guardianes de Azeroth, los Dragones Aspectos, enviaron a varios intrépidos héroes en un viaje a través del tiempo para recuperarlo. Pese a ser atacados por el misterioso Vuelo Infinito mientras viajaban por las sendas del tiempo, los campeones regresaron al presente con el artefacto y se lo entregaron al sabio chamán Thrall. Con su ayuda, el Alma de dragón fue empleada contra el Destructor en el transcurso de una batalla que comenzó en los cielos de Azeroth y prosiguió en el agitado núcleo de la Vorágine, en el interior del centro del mundo. Gracias a los esfuerzos conjuntos de los Aspectos y sus aliados, la locura de AlaMuerte acabó llegando a su fin.


Tras la muerte de AlaMuerte, el jefe de guerra Garrosh Grito Infernal, intentando expandir las tierras de la Horda en Kalimdor, arrasó con la ciudadela humana de Theramore, aumentando la rivalidad entre ambas facciones. Tras una batalla naval, ambas facciones arribaron en las costas de las Islas de Pandaria. Al establecer sus bases en el rico continente, ambas facciones entraron con contacto con los nobles Pandaren, que serían los que trabajarían con la Horda y la Alianza buscando disipar la atención de los sha: seres efímeros despertados de la entrañas de Pandaria por las sangrientas batallas.

jueves, 29 de octubre de 2015

Nuevos enemigos, nuevas victorias

EL señor de la fatalidad Kazzak volvió a abrir el portal oscuro lo cual causó que Azeroth  fuera nuevamente inundada por demonios de la legión ardiente. Huvieron varias expediciones por parte de la alianza y de la horda reforzados con sus nuevos aliados: los draenei y los elfos de sangre respectivamente. Al atravesar el portal oscuro la alianza se encontró con varios de sus héroes que habían cruzado el portal años atrás y la horda se encontró con una raza de orcos “incorruptos”., pero al atravesarlo le declararon la guerra al lugarteniente de la Península de Fuego Infernal: Illidan Tempestira.

Luego de que Akama, un draenei de la orden de los Tábidos, ayudara a Maiev Cantosombrío y algunos héroes a infiltrarse en el templo oscuro poniéndole fin al reinado de Illidan, la plaga de los no-muertos lanzó una invasión de magnitudes mastodónticas, la horda dirigida por Thrall envió una fuerza expedicionaria al mando del comandante Gorrosh Grito Infernal, mientras que El desaparecido rey Varian Wrynn volvió para reclamar su trono y envió a una fuerza igual de poderosa para acabar con el Rey Exámine.


Varios de los héroes que se infiltraron en la Ciudadela de Hielo recibieron la ayuda de Jaina Valiente y Sylvanas Brizaveloz. Su confrontación con el Rey Exámine provocó que varias almas sean consumidas por la Agonía de Escarcha, pero finalmente, vencieron al Rey Exámine descubriendo el macabro secreto de la plaga de los no-muertos. Volviendo de Rasganorte los campeones se encontraro con la sorpresa de que millones de elementales se habían liberado, esto se debió a que AlaMuerte el Destructor se había liberado y buscaba eliminar de vida de la faz de Azeroth.

jueves, 22 de octubre de 2015

Inicios


Durante toda una eternidad, el titán caído, Sargeras, había estado planeando acabar con toda la vida sobre la faz de Azeroth. Con este fin, Sargeras poseyó al hechicero humano Madievh y le obligó a encontrarse con Gul´dan, un brujo orco en el mundo de Draenor. Allí, los demoníacos sirvientes de Sargeras en la Legión Ardiente comenzaron a corromper a los otrora pacíficos orcos, y los convirtieron en un ejército sediento de sangre conocido como la Horda. Esta fuerza maldita invadió Azeroth, y comenzó a luchar contra la nación humana, por más que los campeones intentaron evitarlo, los orcos entraron a Ventormenta (capital de la alianza) y mataron a su rey Llane Wrynn.


La nación humana de Ventormenta había caído ante los orcos y atravesaron el gran mar pidiendo apoyo a las otras naciones: enanos, elfos de la noche y gnomos; formando así un gran alianza. Mientras esto sucedía los implacables orcos también se reforzaron con la ferocidad de los trolls y ogros, Gul´dan abandonó a la Horda debilitándola, la nueva alianza dio por conveniente recuperara su ciudad y con determinación recuperaron Ventormenta.

Tras años de cautividad un joven orco chamán llamado Thrall liberó a los restantes orcos en Azeroth, junto con su nueva y renovada Horda huyeron de la plaga de los no-muertos que fue desatada por la Legión Ardiente, hacia Kalimdor. En Azeroth el valiente príncipe Arthas luchó ferozmente contra los ejércitos de la plaga pero acabó por sucumbir ante el Rey Exámine. Tras feroces batallas los habitantes de este mundo creyeron conveniente formar una pequeña tregua con la que conseguirían derrotar a la plaga en el Monte Hyjal.


Mientras los ejércitos de la alianza y la horda combatían contra la plaga, el príncipe Arthas ahora convertido en caballero de la muerte mataba a habitantes de Azeroth en nombre de la plaga, Sylvana Brizavelos, un alma en pena, se reveló y formó una nueva facción de la plaga: los renegados; mientras que Illidan Tempestira, un elfo de la noche con sangre de demonio se apresuró en ir a detener a Arthas en Rasganorte sellando su derrota, se retiró avergonzado al reino de Terrallende. Arthas hizo lo impensable, unió su alma a la del Rey Exámine.